Reiki tradicional usui

REIKI TRADICIONAL USUI

“Rei” significa “Universal” o “sin límites” y “Ki” significa “energía vital”, esa energía que fluye en todo ser viviente y nos rodea. Por lo cual, Reiki significa “Energía Universal”. Esta energía es conocida por algunos como Amor puro.

La práctica de Reiki, de origen Japonés, consiste en la “canalización” de Energía Universal o espiritual, normalmente a través de las manos, para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu, ayudando a la persona a mantenerse sana y equilibrada. Su uso puede ser específico para dolencias y enfermedades puntuales, o general, para crearnos armonía.

Reiki puede actuar en el terreno físico aliviando dolores y enfermedades agudas o crónicas, lesiones e infecciones; también induciendo estados de profunda relajación y fortaleciendo significativamente el sistema inmunitario; puede actuar sanando el plano mental (inseguridades, miedos, celos, envidias, depresiones, obsesiones, agresividad, insomnio, entre otros) y puede usarse para reducir el estrés o para ayudar a encontrar la paz espiritual (Reiki no tiene ninguna afinidad religiosa; lo usan tanto cristianos como musulmanes, budistas o ateos).

Durante las sesiones, el paciente suele sentir una gran sensación de amor, de tranquilidad o paz espiritual. Otra de las principales características de esta terapia es que Reiki ayuda a la persona a tomar las riendas de su propia sanación a todos los niveles.

El Reiki es muy efectivo en la prevención o el alivio de los efectos secundarios producidos por algunos medicamentos, como los antibióticos o la quimioterapia y, a la vez, potencia el principio activo de los mismos, acelerando el tiempo de recuperación de lesiones, cicatrices quirúrgicas y enfermedades.

Reiki es perfectamente compatible con cualquier tratamiento médico y puede actuar como complemento al mismo, careciendo de efectos adversos. Está reconocido como Terapia Alternativa por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), y está siendo incluido en la seguridad social de cada vez más países desarrollados, como Suiza, Reino Unido o EEUU.